Es un agrado informar que con esta fecha hemos dado término a la campaña "yo ayudo", con la cual estamos financiando las actividades de las y los ex alumnos discapacitados visuales.
Queremos agradecer a todos/as los que hicieron aportes para que esta especialización de ellos pueda ser posible.
Aquellos/as que se quedaron con las ganas de colaborar, se les informa que habrá información de cómo hacerlo, puesto que durante el año tenemos proyectadas más especializaciones.
Por el momento debo anunciar que la licenciatura del curso de los discapacitados visuales, se hará el Martes 14 de enero, a las 12:00 hrs en el LAM.
A esta cita pueden asistir los ex alumnos/as; es bueno que cada cual conozca a nuestros amigos y amigas discapacitadas visuales.
En la oportunidad estará presente la ex alumna que, nuestra organización ha propiciado para que estudie informática en Santiago. Me refiero a Gilda Meza.
Hará de maestra de ceremonia de la licenciatura la profesora Ana Veliz.
Una vez terminada la licenciatura, los integrantes del curso tendrán un pequeño ágape en compañía de sus padres.
PRIMERA NOVEDAD DE LA NIEBLA DEL AÑO; REGRESO DE INGLATERRA
Se informa que el ex alumno Mauricio Arellano Cancino, del cuarto A de la promoción 1974, junto con regresar a Chile desde Inglaterra, también ha regresado desde la niebla:
SE BUSCA NODRIZA EN CONCEPCION
Admision hospitalizados 4to piso <admi4@ssconcepcion.cl> escribió:
Hola Manuel.
Un grandioso año nuevo y que este sea un año excelente para ti y tu familia,
Y por intermedio tuyo saludar a la red de ex alumnos y desearles que los 365 días
que vienen
Estén llenos de SALUD, DINERO Y AMOR
Silvia Fuentes Jara
Concepción.
Hola Sylvia
Junto con agradecer tu saludo, deseo lo mismo para ti, que lo pases bien siempre. Entiendo que estás un poco triste porque Marisol Poblete, tu amiga penquista se fue, pero vamos a tener que buscar a otra NODRIZA en la zona para que enjuague tus lágrimas.
MENSAJE MUNICIPAL
Es un agrado enviar un mensaje a la Ilustre Municipalidad de Talca, con el objeto que el edificio que estuvo en construcción en algún momento, pueda ser visto por los que concurrimos a Talca.
Si ud. circula por la 1 norte, frente a la plaza de Armas, verá que la municipalidad está tapada por una palmera y delante de la palmera hay una estatua que no tiene más de 1.60 de altura, así que no se sabe de quien es.
Juan Wilfredo Valenzuela Cáceres escribió:Manuel, te envío este mail en respuesta a tu llamado telefónico, un poco para tener el contacto on line.
Te envío esta foto de un desfile realizado en las Fiestas Patrias de 1974.
Como puedes ver la Alcaldía estaba aún en construcción.
El portaestandarte es el flaco Alejandro Moenne, a su derecha va Carlos Condell, y a la izquierda yo, Juan Valenzuela.
Chao, cualquier cosa me envías un mail.
Juan W. Valenzuela Cáceres
Profesor de E. Física
Licenciado en Educación
Entrenador de Básquetbol B1
FAMILIA TALQUINA DE DUELO
Ricardo Murga Cornejo <rpmurga@yahoo.es> escribió:
Hola Pipo.
En
el Diario El Centro de Talca apareció ayer la noticia del fallecimiento
de ALFONSO TOMÁS ACUÑA ANFOSSI, hermano de nuestro compañero Rolo y de
Marisol ex alumna del LNT (seguramente compañera de Marina Orellana
Morales).
La noticia afecta a una destacada familia
talquina.
Me parece que Alfonso Tomás estaba emparentado con una hermana de Samuel Jiménez.
Sus funerales son hoy a las 12 horas en el Parque Las Rosas, saliendo a las 11 desde calle 9 Oriente
N°1026.
Por tu intermedio envío mis sentidas condolencias a Rolo y su familia.
Saludos.
Ricardo Murga Cornejo (LHT 1970)
Hacemos
llegar nuestras condolencias a la familia Acuña Anfossi; que
indudablemente son una familia representativa de la ciudad de Talca.
Ellos vivían en la 5 oriente, entre 3 y 4 norte.
Confiamos que tendrán el consuelo que en estos aspectos el Supremo Hacedor sabrá darles.
A la derecha la hermana mayor de los Acuña Anfossi, ex alumna del Liceo de niñas
INICIO DEL RECONOCIMIENTO A LOS PROFESORES CON UNA HISTORIA
Población Argentina
Manuel, como siempre, es un gusto saludarte y a toda la cofradía. A propósito del “teacher” Orlando Ramírez me he permitido algunos alcances referidos a un barrido de liceanos.
Don Orlando (Q.E.P.D.), como muchos profes, fue de los primeros en habitar la población Argentina, en el extremo nor-poniente de la Alameda, centro de estudio y romances de muchos de nuestra generación. Allí, a poco de llegar, en su casa del pasaje Hipólito Irigoyen, instaló para su esposa, la Sra. ICSI, que con dificultad se mantiene entre nosotros, un pequeño negocio de abarrotes que llamó Mini Market, palabra novedosa para ese entonces (1963 o 64).
La villa, como se le podría denominar hoy, fue conformada por 46 casas destinadas a la Caja de Empleados Públicos y Periodista, llegando una treintena de profesores (de enseñanza primaria y humanidades), periodistas y miembros de impuestos internos cuyos hijos, en su gran mayoría, fueron alumnos de los Liceos de Hombres y de Niñas. Es fácil recordar nuestros “estudios” madrugadores en Diciembre en grandes grupos de hombres y mujeres que nos cruzábamos repetidamente en las caminatas mirando más los ojos de la “Dulcinea” que los cuadernos que poco abríamos. Generación de niños, adolescentes y jóvenes, que colmábamos la alameda en largas caravanas en bicicletas o patines en dirección al río Claro, o en interminables competencias en nuestra pequeña plaza que, por cierto, incluían prendas y corre el anillo, con las primeras alegres y tristes experiencias amorosas.
Me refiero a esa plaza que, históricamente, fue marcada una gran poblada que –tras la muerte del Teniente de carabineros Hernán Merino Correa- llegó en marcha a la población y le cambió el nombre Canaempu y Hernán Merino, versaban los letreros que sustituyeron (temporalmente) los nombres personajes históricos argentinos Irigoyen, San Martín e Dgo. Faustino Sarmiento.
En esta Pobla, como le decían los lolos de la época, con jeans calzados al tobillo y coloridos calcetines, vecinos de Don Orlando, fueron Los Ocharán, el profe y sus hijos liceanos, que vivieron en la primera casa que daba a la alameda y que posteriormente compró y habilitó Don Willy Herrera (profe jefe mío con quien no hice buenas migas y me llamó seudo revolucionario, ratón de biblioteca y otros); Los Sánchez, el profe de música y sus hijos, El Piolín (Germán) y Norma y Ximena (LNT); Los Sepúlveda Hermosilla o tachuelas, vecinos contiguos nuestro, el matrimonio y sus cinco hijos hombres Néstor (Tito), Roberto (el diputado), su mellizo Ricardo (ambos del 72-A), René y Carlos, además de MARILÚ, la mayor todos y estudiante del liceo; entre estos nos podríamos incluir los Vergara (Gastón, Hugo y mi melliza Guérnica, Yeka para todos y pesar de mi padre), pues nuestra madre, Teresa Letelier, en algún años hizo clases de matemáticas en ambos liceos.
Entre otras de las familias de la Pobla estaban los Cox Morán, hijos de Don Hugo (el Márquez) que fue el primer seremi de educación en la región: sus hijos Hugo Armando (69), Alejandro (72) y Pedro (74 o 75), además de Alicia y Valeria (LNT); los Molina Moreno, basketbolistas e hijos del destacado basketbolista nacional Miguel Molina fallecido trágicamente a fines de los 60, Miguel (que terminó en el Comercial), Jaime (compañero de curso del Piolín y Hugo Cox), Claudio (que terminó en el integrado, Simón ((actual profe de historia en Talca) y Patricio; René Martínez Muñoz (del curso de mi hermano Gastón C-71, actual Director de Inacap Maipú) y Verónica (LNT); los hermanos Juan, Ricardo y Mauricio Escobar, nietos del dueño de la conocida imprenta Escobar uno de cuyos empleados sirvió a muchos de la pobla como apoderado en alguna falta que no querían se supiera en sus casas. Entre paréntesis, Ricardo era maestro en firmas; el huaso campos, de la promoción 73; los hermanos Rojas, César Patricio, de mi curso y Jaime, menor; los flores, cuya casa también daba a la alameda, Mariano (Q.E.P.D.), Augusto, Juan Carlos y el menor, Jaime parece, además de Sandra, que era muy atractiva (LNT); Patricio Roma, que terminó en Comercial y sus hermanas liceanas Ella, Pía y Kenia; los Gutiérrez Norambuena, hijos del destacado periodista Orlando Gutiérrez (Q.E.P.D) Eduardo (Nonono), Carlos, Jorge, Iván y Mauricio, todos muy buenos deportistas, pero solo, los menores terminaron en el LHT, al igual que los hermanos soto, hijos de otros periodista Radial, Carlos Soto, que eran nueve, 7 hombres y 2 mujeres, la mayoría de los cuáles fueron liceanos pero sólo dos terminaron allí; los Guerra, Francisco y Marisol, por lo menos, los menores no lo sé.
Nota esperada merecen en esta generación las hermanas Adasme Brow, que centraron la atención de muchos y en especial de Jano Cox, que terminó casado con una de ellas , Mireya, viviendo en la actualidad en Viña del Mar. Gaby, Mireya, Inés, Marcela, Cecilia y Gloria, todas del LNT, dueñas de los malones y los corazones de la pobla, que obligaron a más de un encuentro con un foráneo. Buenas amigas, como todas las nombradas del “bloque”, que nos ayudaban en sus respectivos cursos con los amigos secretos o invisibles, el tradicional carteo colmado de poesías copiadas y descripciones imaginarias e incipientes pololeos que se diluían en el primer encuentro. Materia, esta última, de otra crónica.
Sé que se me escapan algunos nombres de generaciones menores y de paso por la población, que también fueron liceanos. Saludos y que la historia se repita.
Manuel, como siempre, es un gusto saludarte y a toda la cofradía. A propósito del “teacher” Orlando Ramírez me he permitido algunos alcances referidos a un barrido de liceanos.
Don Orlando (Q.E.P.D.), como muchos profes, fue de los primeros en habitar la población Argentina, en el extremo nor-poniente de la Alameda, centro de estudio y romances de muchos de nuestra generación. Allí, a poco de llegar, en su casa del pasaje Hipólito Irigoyen, instaló para su esposa, la Sra. ICSI, que con dificultad se mantiene entre nosotros, un pequeño negocio de abarrotes que llamó Mini Market, palabra novedosa para ese entonces (1963 o 64).
La villa, como se le podría denominar hoy, fue conformada por 46 casas destinadas a la Caja de Empleados Públicos y Periodista, llegando una treintena de profesores (de enseñanza primaria y humanidades), periodistas y miembros de impuestos internos cuyos hijos, en su gran mayoría, fueron alumnos de los Liceos de Hombres y de Niñas. Es fácil recordar nuestros “estudios” madrugadores en Diciembre en grandes grupos de hombres y mujeres que nos cruzábamos repetidamente en las caminatas mirando más los ojos de la “Dulcinea” que los cuadernos que poco abríamos. Generación de niños, adolescentes y jóvenes, que colmábamos la alameda en largas caravanas en bicicletas o patines en dirección al río Claro, o en interminables competencias en nuestra pequeña plaza que, por cierto, incluían prendas y corre el anillo, con las primeras alegres y tristes experiencias amorosas.
Me refiero a esa plaza que, históricamente, fue marcada una gran poblada que –tras la muerte del Teniente de carabineros Hernán Merino Correa- llegó en marcha a la población y le cambió el nombre Canaempu y Hernán Merino, versaban los letreros que sustituyeron (temporalmente) los nombres personajes históricos argentinos Irigoyen, San Martín e Dgo. Faustino Sarmiento.
En esta Pobla, como le decían los lolos de la época, con jeans calzados al tobillo y coloridos calcetines, vecinos de Don Orlando, fueron Los Ocharán, el profe y sus hijos liceanos, que vivieron en la primera casa que daba a la alameda y que posteriormente compró y habilitó Don Willy Herrera (profe jefe mío con quien no hice buenas migas y me llamó seudo revolucionario, ratón de biblioteca y otros); Los Sánchez, el profe de música y sus hijos, El Piolín (Germán) y Norma y Ximena (LNT); Los Sepúlveda Hermosilla o tachuelas, vecinos contiguos nuestro, el matrimonio y sus cinco hijos hombres Néstor (Tito), Roberto (el diputado), su mellizo Ricardo (ambos del 72-A), René y Carlos, además de MARILÚ, la mayor todos y estudiante del liceo; entre estos nos podríamos incluir los Vergara (Gastón, Hugo y mi melliza Guérnica, Yeka para todos y pesar de mi padre), pues nuestra madre, Teresa Letelier, en algún años hizo clases de matemáticas en ambos liceos.
Entre otras de las familias de la Pobla estaban los Cox Morán, hijos de Don Hugo (el Márquez) que fue el primer seremi de educación en la región: sus hijos Hugo Armando (69), Alejandro (72) y Pedro (74 o 75), además de Alicia y Valeria (LNT); los Molina Moreno, basketbolistas e hijos del destacado basketbolista nacional Miguel Molina fallecido trágicamente a fines de los 60, Miguel (que terminó en el Comercial), Jaime (compañero de curso del Piolín y Hugo Cox), Claudio (que terminó en el integrado, Simón ((actual profe de historia en Talca) y Patricio; René Martínez Muñoz (del curso de mi hermano Gastón C-71, actual Director de Inacap Maipú) y Verónica (LNT); los hermanos Juan, Ricardo y Mauricio Escobar, nietos del dueño de la conocida imprenta Escobar uno de cuyos empleados sirvió a muchos de la pobla como apoderado en alguna falta que no querían se supiera en sus casas. Entre paréntesis, Ricardo era maestro en firmas; el huaso campos, de la promoción 73; los hermanos Rojas, César Patricio, de mi curso y Jaime, menor; los flores, cuya casa también daba a la alameda, Mariano (Q.E.P.D.), Augusto, Juan Carlos y el menor, Jaime parece, además de Sandra, que era muy atractiva (LNT); Patricio Roma, que terminó en Comercial y sus hermanas liceanas Ella, Pía y Kenia; los Gutiérrez Norambuena, hijos del destacado periodista Orlando Gutiérrez (Q.E.P.D) Eduardo (Nonono), Carlos, Jorge, Iván y Mauricio, todos muy buenos deportistas, pero solo, los menores terminaron en el LHT, al igual que los hermanos soto, hijos de otros periodista Radial, Carlos Soto, que eran nueve, 7 hombres y 2 mujeres, la mayoría de los cuáles fueron liceanos pero sólo dos terminaron allí; los Guerra, Francisco y Marisol, por lo menos, los menores no lo sé.
Nota esperada merecen en esta generación las hermanas Adasme Brow, que centraron la atención de muchos y en especial de Jano Cox, que terminó casado con una de ellas , Mireya, viviendo en la actualidad en Viña del Mar. Gaby, Mireya, Inés, Marcela, Cecilia y Gloria, todas del LNT, dueñas de los malones y los corazones de la pobla, que obligaron a más de un encuentro con un foráneo. Buenas amigas, como todas las nombradas del “bloque”, que nos ayudaban en sus respectivos cursos con los amigos secretos o invisibles, el tradicional carteo colmado de poesías copiadas y descripciones imaginarias e incipientes pololeos que se diluían en el primer encuentro. Materia, esta última, de otra crónica.
Sé que se me escapan algunos nombres de generaciones menores y de paso por la población, que también fueron liceanos. Saludos y que la historia se repita.
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